ornella vilaro

domingo, 9 de enero de 2011

mientras pienso XVIII


                      UNA SOLA BALA

  Lo ve moverse al borde del  risco. Por una parte se impacta con la capacidad del joven, para las artes marciales, por otra espera que se resbale y le ahorre una bala. Lamentablemente el joven es demasiado habilidoso, no cae. Se queda pensando por unos momentos en el desperdicio de tan eximio atleta, pues sino  fuera por su profesión, hubiese tenido un futuro mas que brillante en la practica profesional del Karate.  Pero el ser uno de los representantes emblemático, del nuevo cartel Luz de Luna, es demasiada responsabilidad. Seguramente el horario de oficina es esclavizante, control de tráfico clandestino, distribución y comercialización de la mercancía,  pagos de coimas y un casi infinito etc. .

  Al verlo moverse con tanto brío, le párese verse a si mismo, con unos cuantos años menos. Bueno salvando las diferencias obvias, como por ejemplo el reutilizar las cabezas de sus más recientes victimas a modo de bolsas de entrenamiento. Otra de las discrepancias es la de estar, en este preciso momento, del lado seguro del rifle de asalto.

  En la espesura de la noche se oye,  un potente estruendo. El joven narcotraficante, se paraliza, un pequeño hilo de sangre surge desde el centro de  su frente y manchándole sus blancas vestimentas. Lugo simplemente cae por el risco. En plena caída da la impresión de ver precipitarse aun muñeco roto.

  Luego de eliminado el objetivo surge desde el interior del bosque, surge el francotirador. Se acerca al borde del risco para asegurarse de haber cumplido con el trabajo. Si hay muchas diferencias, pero también hay similitudes, pues ambos trabajan en los turbios ámbitos del tráfico. Ahora se ha sumado una igualdad más. El franco tirador ya no se encuentra del lado seguro del rifle.

fin. 

Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi

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