ornella vilaro

domingo, 5 de diciembre de 2010

CIUDADES DEL CENIT.


                       CIUDADES DEL CENIT.
  Estoy sentado en un viejo bar, mirando por la ventana echa añicos. Recuerdo cuando los autos transitaban por estas calles. Hoy derruidas, antes rebosantes de vida. Recuerdo tiempos más amables, donde si bien no era fácil vivir, uno sabia que le deparaba el día siguiente. Podías transitar por las calles sin miedo a ser baleado por algún francotirador. Cuando los túneles de esta ciudad eran arterias de conexión entre un lugar y otro. Esté era un lugar donde la noche parecía no llegar nunca, pues se encontraba llena de faroles que iluminaban las calles. Esté era un lugar hermoso, bien digo, era.
  Hoy estoy sentado en esté bar esperando, una señal de alguno de mis amigos. Con el revolver a mi costado, un pequeña dotación de balas y bebiendo un brandi acido. Espero, pero no llegaran. Tendré que resistir solo. Hay ruido en la oscuridad. No son ellos. Comienza la matanza.
Fin.
Autor: Nicolás Federico Esteban  Vilaró-Tronfi.     

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