EL NADADOR
Hacia el año 1993, sucedería un hecho bastante curioso la desaparición de Roger Walter. Nadador de profesión Roger ganaría varias medallas olímpicas. Llegando al final de su carrera decidió despedirse a lo grande, cruzando el mar Atlántico a nado. Con un particular rumbo de navegación, pues saldría del las playas de Cancún y tocaría tierra nuevamente recién en las islas Canarias, aprovechando así las corrientes marítimas. Exultante por la realización de tal proeza, Roger convocaría a los jueces del Guiness. También conseguiría el esponsor de una empresa especializada en trajes de baño. La cual quiso aprovechar para presentar un nuevo traje para surfistas, capaz de aislar por completo al usuario. Impidiendo tanto el contacto con el agua como el cansancio de la persona. Llegado el día de partir, la repercusión en los medios fue realmente impresionante, entre cámaras y periodistas Roger se lanzo al mar, comenzando así su aventura.
A las 225 leguas de haberse puesto en marcha, el barco de apoyo regreso con la triste noticia, Roger, había desaparecido. Varias cuadrillas de salvataje fueron enviadas en su búsqueda. Después de 10 días se decidió abandonar la búsqueda. Se tomo la decisión de hacerle un entierro en ausencia. Los sentidos homenajes se extendieron por todos los puertos, siempre invocando el nombre de Roger Walter. Menos uno de los homenajes, pero esto se debió a un error de datos. Error subsanado rápidamente, haciéndole el homenaje a otro nadador, el cual había muerto años antes, de viejo y en su casa.
Es cierto que todos quedaron convencidos de la terrible muerte de Roger, todos menos su esposa. Esta pequeña mujer mezcla de decisión con firmeza, rondando la estupida testarudez, jamás abandono las esperanzas. Recopilo datos, documentos, declaraciones de testigos, hasta divagues de inestables mentales. Todo le era útil para pasar la vida después de haber cobrado los cuantiosos millones en seguros. Luego abandonaría esta obsesión por otra mas placentera, hombres 15 años menores a ella.
Pero antes de concluir esta historia, me gustaría mencionar dos datos extraños respecto a esta desaparición. El primer dato es el inscripto en la bitácora de un barco mercante que zarpó desde San Francisco. “Una extraña foca párese seguirnos desde el puerto de San Francisco. Algunos de los marineros dicen que es un nadador. Pero nos es imposible comunicarnos, pues no sabemos hablar con focas.”
El segundo dato es encontrado en el informe de un antropólogo.”Mi estadía con la tribu de esquimales locales, se a visto truncada. Cuando el jefe de la tribu me ofreció, para cubrirme del frió, un traje de neopreno. Comentándome que después de haber comido esa foca, su familia prefería el pescado. Al leer el nombre grabado, del anterior dueño decidí irme apresuradamente. Por si decidían volver al antiguo menú. Por cierto, si alguien le interesa, el nombre grabado era Roger Walter.”
Fin
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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