REFUGIADOS
Los dos
niños caminan por
las embarradas calles
del campo de
refugiados de Goma,
el mas grande
a tomado la
responsabilidad de cargar
al pequeño. Ambos
se encuentran completamente
calvos es un
procedimiento habitúalo que
se practica en
todas las personas,
para evitar los
piojos y demás
parásitos externos. Los
niños ya no
recuerdan sus nombres
entre ellos simplemente
se llaman hermano.
Los niños mas
grandes los llaman
de otras maneras
todas humillantes y
degradantes. Los mayores
los ignoran por
completo salvo cuando
llegan los alimentos
y hay si
que son tomados
en cuenta pues
los golpean hasta
apartarlos por completo.
El peso
de su hermano
colgado en la
espalda, le hacen
hundir las piernas
en el barro
hasta casi las
rodillas. El pequeño
se aferra al
cuerpo de su
hermano que es
apenas mas alto
que él y pesa casi
lo mismo. La
mañana no fue
muy agradable para
el pequeño pues
comenzó con fuertes
dolores en el
estomago, le pidió
desesperado a su
hermano que lo
llevara hasta donde
los médicos. Durante
unos minutos se
quejo del dolor,
mientras que su
hermano quien lo
cargaba le pedía
a los gritos
que se callara.
Luego vino el
silencio.
Hace mucho
que no oye
a su carga
quejarse, teme lo
peor pero no quiere
detenerse a corroborarlo,
hay demasiado barro
y si lo
baja para mirarlo
no va a
poder levantarlo nuevamente.
Su madre fue
clara cuida a
tu hermano sea
como sea, luego
murió afectada por
alguna de las
múltiples enfermedades que
la aquejaban. Siente
unos pequeños golpecitos
en el hombro,
eso le da
aliento quiere decir
que esta bien
y todavía tiene
tiempo de llegar
a la carpa
hospital. No aguanta
mas no le
dan las fuerzas
cierra los ojos
y aprieta los
dientes, continua caminando.
Alguien dice algo
que no puede
entender, abre los
ojos para encontrarse
con una mano
blanca y pálida
frente a él.
Al fin,
es uno de los voluntarios de la
cruz roja quien
le quita el
peso del cuerpo
de su hermano.
Cuando lo ve
irse en brazos
del medico, apenas
si nota que
este esta demasiado
suelto o que
la posición de
la pequeña cabeza
es completamente antinatural.
Tres días se
queda sentado fuera
de la carpa
siempre mirando a
la puerta. Tres días
viendo entrar y
salir gente, que
por supuesto lo
ignoran por completo.
Hasta, que por
fin al cuarto
día un medico
joven y amable,
aquel que se
llevase a su
hermano. Le apoya
una mano sobre
su hombro y
mueve su cabeza
negando en silencio.
-Tu, hermano
murió ayer pidió
verte y no
te encontramos con
tanta gente.
Indignado, pequeño
mira con odio
al medico, resopla
para no llorar,
lo golpea en
la pierna y
se aleja corriendo.
Tres días en
vela esperando alguna
noticia y dicen
que nadie sabían
donde estaba. Él
siempre estuvo al
lado de su
hermano. Esa noche
el niño escapa
del campamento de
refugiados de Goma.
Reclutado por las guerrillas
se vuelve adicto
a la heroína
y otras drogas.
Una noche completamente
drogado tomo un
fúsil y comenzó
a disparar, sus
compañeros lo ultimaron
sin el mas
mínimo remordimiento.
Autor: Nicolás
Vilaró-Tronfi