CYBER-M
Los equipos especiales oyen detrás de la puerta metálica, como si una enorme víbora se arrastrase contra ella. Apesar de estar acostumbrados a tratar con combatientes cibernéticamente mejorados, no se encuentran del todo seguros haciéndolo en un lugar como este, una maternidad. Los altos mandos se han esmerado en convencerlos que aquí solo paren las clon-vita, criaturas consideradas sin vida. Aun así desconfían. Especialmente cuando el jefe de escuadrón tarda tanto en dar la orden para que ingresen. También es cierto que dos técnicos se encuentran encerrados con ese ser. Técnicos con familias que le exigirán al gobierno respuestas. Respuestas que el gobierno no desea dar. Por eso están es equipo de 7 hombres, no solo por ser los mejores, sino que también saben callar.
Cliff segundo al mando según su rango, era el gas mas reacio a esta misión especialmente por que su esposa espera un niño. Ningún padre tiene ganas de entrar a una maternidad disparando contra todo lo que se mueva, cuando faltan seis meses para que nazca su primogénito. Así se lo hizo notar a Dan, quien respiro hondo pues comprendía la situación de Cliff, pero poco se puede hacer cuando las decisiones son tomadas por otros. Otros, que en ningún momento de sus vidas han tenido que estar en situaciones limites. Otros que simplemente se limitaron a pasar informes, sobre una falla en los sistemas producida por un agente externo. Pero así como los siete hombres a su cargo, Dan no deja de ser un soldado. Seguir ordenes fue su decisión y por eso ahora esta frente a la una puerta metálica, sin saber que hay del otro lado.
La puerta se eleva despacio, los siete hombres de fuera comienzan a ponerse sus mascaras de gases. Primero arrojan varias cargas de humo, esto cumple la función de atontar, sin importar si se encuentra secuestrado o se es secuestrador. Luego de las cargas, ingresan dos hombres con anteojos infrarrojos, par poder tomar posición y darle espacio de acción a sus compañeros. Todos los movimientos parecen coreografiados, pues detrás de estos ingresan en dos hileras los demás con el capitán en el centro. La enorme sala permanece a oscura para que los profesionales puedan actuar en la confusión. La sutil danza se rompe cuando una cabeza cae entre ellos. Al reconocerla como uno de sus compañeros, disparan varias ráfagas a la oscuridad sin saber con certeza a que le están tirando.
-Alto-. Grita el capitán. Por unos instantes parecen no oírlo, luego terminan por detenerse.-Luz, necesitamos luces, aquí-. Velozmente toda la estancia se ilumina. Para el espanto de todos descubren el cuerpo decapitado de su compañero, junto a lo que seria una de las matronas. La cual se haya colgando como las demás, en hileras casi infinitas, semejantes a medias reses en un frigorífico. Pero aquí los cacho de carne se hayan respirando. No séles puede llamar seres vivos pues carecen de funciones cerebrales, mas haya de las vidas subliminales injertadas en sus cabezas.
Con paso trémulo los soldados avanzan, sin saber que ha atacado a su compañero. Descubren los cuerpos inertes de los dos técnicos, ambos con el rostro destrozado. Cliff se adelanta llegando hasta la primera matrona, revisa las pantallas indicadoras de sus funciones vitales, las encuentra completamente apagadas. No le párese muy impórtate, pues seguro se abreviaron cuando ellos dispararon. Pobre mujer seguramente murió sin saber lo que sucedía. Aun así levanta la cabeza para notificárselo a Dan. Descubre que los pechos y el vientre de la clon-vita, se mueven como si todavía respirase. Exaltado gira para dar aviso de tal situación, cuando un pesado tubo de sustento cae sobre él. Con reflejos rápidos Cliff rueda esquivando el golpe. Inmediatamente se incorpora, poniéndose rodillas cerca de sus compañeros, apunta a su atacante.
-¿Qué carajos?-. Exclama Cliff, al ver la mujer parada frente a él.
Con tubos que salen de su calva cabellera y desde la espalda, La mujer párese una moderna medusa. El rostro lo tiene cubierto por una mascara de oxigeno, que le da un aspecto de serpiente. Se allá completamente desnuda, nadie lo nota pero sus piernas están manchadas de sangre, como sin recién pariera. Los soldados se quedan mirándola atónitos, sin creer que esta débil criatura sea quien mato a su compañero. En silencio el cibernético ser se queda esperando el próximo movimiento de sus adversarios.
-Mátenla-. Nadie supo nunca quien dio la orden o quien se movió primero. Lo que es seguro, que tanto ellos como la medusa, se atacaron mutuamente. La otrora mujer, ahora considerada como una bestia desbocada no callo de inmediato ante la balacera. Tampoco lo hizo sola. Pues con movimientos que desafían la lógica, movió uno de sus enormes tentáculos decapito a otro soldado. Termino su letal carrera en cuello de Cliff, hundiéndole las uñas en yugular. Cuatro rifles de asalto se vaciaron en su cuerpo hasta que los soldados se convencieron de su muerte.
Apesadumbrado, por la perdida de tres hombres Dan camino entre las madres colgantes mirando una por una. Detrás de él los demás juntaban los cuerpos, para que el forense los retire. Los rostros de las mujeres parecían impávidos ante los hechos acontecidos. Entremedio de ellas comenzó a escuchar un tenue llanto de un niño recién nacido. Espantado el capitán corrió esperando que fuese una ilusión. Pero no, entre cables y restos de ropas, como si fuese un nido había un bebe, hambriento, esperando a su madre.
Fin.
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
No hay comentarios:
Publicar un comentario