LA MUERTE DEL ZORRO
Escribo esta carta sabiendo, que nadie más la leerá. Pues permítame decirle a usted, encargado de la requisa del correo. Luego de muchos años de servir al pueblo alemán, no así al poco estimado y temido líder, jamás procure ningún atentado contra esta persona hoy llamado Füher. Puesto que mi lealtad al pueblo era increbrantable y ha sabiendas de que si bien un atentado a este ser que hoy dirige nuestra nación, seria beneficioso en corto plazo. También he entendido que una nación acéfala por completo, es vulnerable especialmente en plena guerra. Comprendo la necesidad de interponer, un líder, sobre el cual recaigan las manos de nuestros. Así poder evitar una excesiva opresión ha nuestro pueblo, por parte de las tropas invasoras. Puesto que esta situación, si llegase a darse, implicaría una opresión mayor a la ya existente en todo el territorio nazi. Por otra parte los muros de discordias levantados por las demás naciones del mundo, jamás caerán y al menos le debemos a los conciudadanos de esta hermosa patria un justificativo de los hechos aquí ocurrido. Pues recordemos, que apartir de este momento serán juzgados como culpables, de los males de toda la civilización. Entonces habiendo dejado en claro, mi postura ante el patético atentado.
En mí opinión considero a la operación Valquiria, no llego a ser más que un atentado hecho con un petardo de fantasía. Considero que el mayor fallo del coronel Claus von Stauffenberg, fue la excesiva expectativa de poder salir con vida. Un atentado debe ser perpetuado, solo si se carece por completo de apreciación por la vida propia y de aquellos a nuestro alrededor. Con esto ultimo pretendo dejar en claro que mí participación en los mencionados hechos, son solo grandes falacias. Puesto que si yo hubiese intervenido, hoy el bunker seria un humeante cráter, tan grande como los de la luna.
Con estas palabras me despido de usted anónimo remitente y procedo al sucedió, sugerido por el tribunal de justicia.
Gracias. Atentamente.
Erwin Johannes Eugen Rommel antiguo mariscal
Fin
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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