HISTORIAS DE HORROR
El golpe estaba bien planeado Gustavo apretaba a los de seguridad, Gerardo iba por la recaudación y Mauricio se encargaba de amedrentar a los clientes. Todo se hizo bien planeado incluso los días en los que, el supermercado se ahorra el adicional de policía. Fueron dos meses de planear todo, primero ver comiera la manera de más fácil de abrir las cajas, identificar bien a los supervisores. Cosa de apretarlos primero a ellos, que después de todo son los más rápidos a la hora de abrir una caja. El único problema era poder ubicar el auto cerca de la puerta el tiempo suficiente para poder hacerse con el botín sin, llamar la atención a los de fuera, para evitar que la policía sea llamada demasiado pronto. Se termino decidiendo poner un conductor que lo acerque recién al final del robo. Otro de los inconvenientes fue el como trasladar el botín al auto. Llevo un de tiempo el preparar cinco bolsas de arpillera, para que cerrasen con un cordón sus bocas. Este tiempo, sumado a la preparación de los elementos, se le pudo agrega a la observación del objetivo. Gustavo, quien estaba a cargo de esto, le pareció lo más conveniente utilizar armas largas. Cosa que todas las personas dentro del local puedan verlas y así nadie se haga el héroe. Así fue como se termino asiendo.
El plan fue sobre ruedas desde el principio, se pudo cumplir con todo lo diagramado si hasta parecía una coreografía. Los guardias, los clientes y los empleados, todos respondieron según lo previsto. El único error fue que Gerardo se ensaño demasiado con uno de los empleados. Nadie sabe por que, pero cuando Gerardo intento acercarse para pegarle con la culata en la cara, el empleado le ensarto un cuchillo serrucho en los testículos. Gerardo intento gritar, casi ni pudo emitir queja, pues en pocos segundos tenia al empleado agarrándolo por la espalda, con el cuchillo en el cuello del delincuente. Gustavo y Mauricio intentaron a toda costa acercase, pero cuando hubieron avanzado tan solo dos pasos, el empleado tomo la mano con la que sostenía el arma y los apunto. Estos actuaron instintivamente y también apuntaron. La situación se había ido completamente de los parámetros razonables. De manera increíble lo que era un robo medianamente tranquilo, se convirtió en una situación completamente tensa donde los tres delincuentes y amigos, ahora se apuntaban mutuamente. El empleado que tenia agarrado a Gerardo empezó ha decirle cosas al oído, cosas que nadie oía. Gerardo cada vez más nervioso, termino apretando el gatillo contra sus dos cómplices. Los cuales respondieron de inmediato, matando a Gerardo. Rápido y de manera irracional ambos soltaron las armas y se dirigieron hasta donde yacía su amigo. Desesperados intentaron reparar el error, gritaron por un medico o una ambulancia. Nadie se movió como si todavía los estuvieran apuntando. Fue en ese momento cuando notaron, que quien había arruinado todo el asalto faltaba. Luego oyeron dos clics a sus espaldas, seguidos de sendos estruendos, ambos murieron de inmediato. El empleado desapareció para siempre, nadie supo nunca quien era, la empresa jamás pudo encontrarlo en su nomina. Aun así y todo tres vidas se cobro.
Fin
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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