ornella vilaro

sábado, 1 de enero de 2011

mientras pienso III


                                      Un guijarro
  Un modulo espacial que surca el universo equivale a algo menos que un grano de arena en la playa. Imaginemos entonces, que significa el hombre dentro de esta capsula. Tal ves para muchos de sus congéneres sea un héroe, posiblemente otros los consideren un símbolo de poder intentando mantener el status quo de su nación. Pero este navegante espacial, Jhon Morchild, solo piensa que este es su sueño cumplido, la culminación de una vida de esfuerzos.
  El pequeño habitáculo solo tiene apenas unos dos metros cuadrados y dos pequeñas ventanas. Una le permite ver la tierra como un hermoso planeta, imponente, gigante custodio de la travesía emprendida por este hijo aventurero. Desde la otra puede observar el mar infinito de estrellas. Produciéndole, tal ves, la misma congoja que sintieron los primeros intrépidos  navegantes quienes sin conocer sus destinos se lanzaban a altamar.
 Se siente especial, privilegiado y como no sentirse así si es el único ser vivo en orbita alrededor del planeta, eso le llena el corazón. Conoce la importancia de su misión y tiene la voluntad para cumplirla, pero a pesar de todo no pude sentir más que orgullo de si mismo. Saberse único, especial, saber que… que…
 Fiprrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!!!!!!!!!!!!!!
-         ¡OH!. My good
 Saber que el purificador de aire se ha averiado y que las medidas del cubículo no admite dos seres por más que uno de ellos sea etéreo. También sabe que no hay quien echarle la culpa.
 Dejemos este pequeño guijarro, con un hombre en su interior, en eterna orbita al planeta. Un hombre que grita, clama, ruega, por un desodorante de ambiente que nunca llegara.
Fin.
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi.    

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