UNA PEQUEÑA HISTORIA
Por las calles de un suburbio oscuro y triste corre un ladrón. Perseguido por la policía, pues ha robado algo demasiado importante, la persecución continúa por puentes y avenidas. El botín fue dejado atrás hace tiempo, por este escurridizo hombre. Quien debido a la desesperación no repara en los colores indicadores de los semáforos, ni se fija en las esquinas. Ciego, continúa su carrera, sin ver como una camioneta avanza atravez de la una calla lateral.
El choque es inevitable. Y así sucede.
Caído en el piso, roto y adolorido. Apoyado contra un farol, frente aun puente decide entregarse. Las fuerzas de la ley le pidén que confiese. Él sin oponer resistencia lo hace.
-Debajo de un árbol, que esta detrás de una estatua y cerca de una fuente allí escondí el botín.
Lo miran incrédulos mientras lo reparan. Sonriendo, lo ponen de pie, diciéndole:
- Corre, solo queremos verte correr en libertad.
Fin.
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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