PIES DE PLOMO
Todo estaba en orden él y jorge apuraban al del camión, mientras lo otros dos ingresaban al banco e interceptaban a los guardias recaudadores. ¿Qué salio mal?. Nadie sabe con certeza, la cuestión es que sus tres compañeros ahora esta muertos. Y él, el esta herido, camina apoyado contra la pared manchándola de sangre. Párese que sus pies estuvieran hechos de plomo, apenas si puede moverlos. Con la mano derecha presiona el agujero que hay en su pecho, tratando de evitar que se le salgan las tripas. No duele tanto como generalmente se creé, solo se siente un agobiante frió, la vista se disipa y cae sobre el herido un cansancio de tumba. Tal vez descansar sea lo mejor, piensa el delincuente. Se sienta en el umbral de una puerta, echa su cabeza hacia atrás y sonríe, por siempre.
Fin.
Autor: Nicolás Vilaró-Tronfi
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