DOS HOMBRES Y UN EXTRAÑO
Los vio pasar, como pasar cualquier persona cada vez que esta en la parada del colectivo. Le llamo la atención el estado deplorable del anciano quien andaba apoyándose constantemente en el otro hombre. Quien parecía el antagonista prefecto del viejo, pues era joven, alto, pelirrojo, lucia en su rostro un gesto arrogante. Nunca se metió en la vida de nadie, pero sintió la nescidad de preguntar, al pelirrojo.
-¿Esta bien, el abuelo?
El pelirrojo sonriendo con cierta malicia le contesto.-Esta bien, buen hombre. Siempre que sale le pasa lo mismo.
-¿Cómo?
-Si, hace veinte siglos, que siente que el sacrifico de su hijo fue por nada.
Fin.
Autor: Nicolás Vilaró-Tronfi
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