LA MAÑANA SIGUIENTE I
El impotente dejas caer por tercera vez el bidón de agua. Está nervioso. Supongo que no le ha caído muy en gracia mí nuevo puesto de escolta, especialmente por ser él el escoltado. Bueno es hora de que aprenda, la vida no es fácil y yo voy hacerle la suya un poco mas complicada. Lo veo forcejear con uno de los bultos para intercambio, lo dejo tironear e insultar por todo un minuto. Es divertido ver semejante inútil, volverse más inútil. La gente comienza a mirarnos, no me queda otra que ayudarlo. El bulto de intercambio no es mas que un bolso rectangular de un metro veinte de largo, por cincuenta centímetros de alto, lleno de diversos artículos producidos en barrio. El bulto es pesado, pero esta pensado para que una persona, con el impulso apropiado, pueda trasladarlo cargándolo sobre los hombros. Supongo que la definición de persona, no es aplicable al impotente. Individuo aparentemente similar a una persona, es incapaz de poder levantarlo. Bueno es demasiada la gente que lo mira en su lucha infructuosa, en acto de generosidad, tomo un de los extremos y juntos lo subimos al jeep.
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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