Y
NO PASO NADA
Tormentas solares,
suicidios masivos, eclipses
perpetuos, disturbios sociales.
Lo cierto es que
paso el 21
de diciembre y
en definitiva nada
paso. De las tormentas solares
ni nos enteremos
es mas días
antes se desmintió
y si no
fuera así ya
hemos pasado varias
las cuales nunca
pasaron de algún problema de
conexión con los
celulares. Las convocatorias a
suicidios masivos hicieron
que la policía
y los bomberos
se encontraran en
alerta permanente, provocando
un verdadero trastorno.
Los disturbios sociales
se expresaron atravez
de grupos de
saqueadores (dicho sea de
paso, los mismos
oportunista de siempre),
pero esto nada
tuvo que ver
con el fin
del mundo, mas
bien fue una
reacción organizada o no, a
la inestabilidad política.
A todo
esto yo me pongo a
pensar, este debe
de ser la
segunda vez o
tercera, en once
años que sucumbimos
a supuestos fines
del mundo. Primero
fue Nostradamus quien
predijo que en
el dos mil
el mundo iba a acabarse,
pasamos el dos
mil y del fin
no me entere.
Luego vinieron los
Incas para quienes
el calendario se
acababa, seguramente para
ellos no abra
sido útil adelantarse
tanto en su
conteo. Hoy por
hoy la ligaron
los Mayas, los
cuales solo predijeron
un final de
siclo, que casualmente
coincide con el
solsticio de verano.
Lastima que todos
estos supuestos cambios
cósmicos, no haya
servido para que
la gente demostrara
algún legitimo interés
de como era la
vida de estas
antiguas culturas, las
cuales fueron extinguidas
por las armas
y las pestes
traídas por violentos
conquistadores. Pero no,
solo a servido
para la explotación
del tema por
los mismos estafadores
de siempre que
venden espejismos a
crédulos. El tema
también le a
dado de comer
a Hollywood con
distintos proyectos cinematográficos, de
dudosa calidad. Después
han lucrado con
estos hechos múltiples
estudiosos que tienen
la necesidad de
creer en algo
tangible y ven
datos supuestamente fieles
en donde no
los hay.
Mas allá
de todo lo
anterior lo que
me preocupa realmente,
de como esperamos
el fin del
mundo, casi con
alegría si llegamos
a parecer lemmings
jubilosos de caminar
al precipicio. La
verdad es que
esto tiene una
explicación somos una
especie demasiado estúpida,
que espera el
cambio atravez de
algún hecho divino.
Lo cierto es
que ese hecho
divino jamás sucederá,
pues los verdaderos cambios
los producimos nosotros,
no va haber
ninguna mano divina
o hecho universal
nos cambiara esta
suerte. Solo podemos
cambiar nosotros mismos
y no de
una manera sencilla.
Tenemos que combatir
contra nuestros prejuicios
y realmente preocuparnos
por los demás.
Claro esto es
mas difícil que
esperar una solución
divina.
Para terminar
con respecto al
eclipse perpetuo avísenle
al sol pues
no se entero.
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