BURBUJA
Veo pasar
el mundo, no
puedo intervenir en
él. Todo pasa
por fuera. La
gente que conozco,
son seres mudos, tan
solo se comunican
por señas. Luego
se apartan de
mí con un
gesto de lastima.
Lamento no
vivir con ellos,
mejor dicho como
ellos. En un
comienzo vivir dentro
de loa burbuja,
era duro. Los
niños venían, ha
invitarme con sus
juegos, pero cuando
advertían la existencia
de la burbuja,
este campo impermeable
de nada, huían
espantados. Luego vino
la adolescencia, época
nefastas si la
hay, ya no
era espanto o
temor lo que
allí había, sino
burla y lastima.
Fue en esa
etapa donde escuche
la frase que
termino exiliándome permanentemente de
los seres humanos.
-Vos que
los ves desde
afuera ¿Qué te párese?
Esa frase termino
provocando que el
exilio se transformara
en una decisión
de vida. La
burbuja se reforzó desde
dentro, se convirtió
en la muralla
que contrabajo y
dedicación decidí reforzar
día a día.
Siendo un
adulto la conocí
a ella hermosa
graciosa, delicada, fresca
como la brisa
de primavera. Nunca
me acerque del todo
y evite por
todos los medios
posibles que ella
pudiera acercarse hasta
mi. De esa
manera la termine
alejando. Pese a
las excusas no
fue un acto
de amor, sino
que el egoísmo
me impedía enamorarme
o tener otro sentimiento que
no fuera lastima
hacia mi mismo.
Invente un
personaje duro el
cual no precisase sentimientos.
Aunque siempre mirase
de reojo y
con envidia a
los enamorados.
Hoy estoy
aquí solo. Esperando
a la única mujer
que va a
tocarme el corazón,
pese a mis
prejuicios.
La parca.
Fin.
Autor: Nicolás Vilaró-Tronfi
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