LA MAÑANA SIGUIENTE VII
Consigo alejarme del jeep, sin ser visto por los caníbales. Mí acompañante se ha parapetado detrás del vehiculo, espero que pueda servir de algo. Mierda. Piso mal unos ladrillos sueltos y caigo de rodillas sobre unas piedras filosas. Siento un liquido calido surgiendo de mi rodilla. La herida no debe ser profunda, pues a pesar del calambre que me ha provocado el golpe, puedo caminar. Rengueando, pero todavía ando. Los caníbales deben de haber abandonado el lugar, pues apesar del desastre que he provocado no parecen reaccionar. También queda las posibilidad de que estén preparando una emboscada. Como me duele la pierna, pero no debo abandonarme, si pierdo la conciencia y dejo que mí inconciente tome el control no se donde voy terminar. Oigo un ruido, proviene desde arriba, seguro que están esperándome. Reviso por ultima vez el mágnum 44, como descarga para mis nervios.
Autor: Nicolás Federico Esteban Vilaró-Tronfi
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